sábado 23 de agosto de 2025 - Edición Nº481

LECTORES | 20 ago 2025

Por Franco Omar Quelin

Desde el año 2018, en la provincia de Santa Cruz, la salud mental ha quedado fuera de las prioridades administrativas y normativas

La afirmación de que la salud mental es un asunto pendiente en el gobierno no debe convertirse en una evaluación de culpas partidarias, sino en una convocatoria a la acción conjunta.


Por: Redacción

 

Estimados lectores:

Me dirijo a ustedes para llamar la atención sobre la importancia de las políticas públicas de salud mental y la necesidad de abordar este tema de manera sostenida y seria.

Desde el año 2018, en la provincia de Santa Cruz, la salud mental ha quedado fuera de las prioridades administrativas y normativas. En ese periodo, las medidas y la legislación necesarias para avanzar en una atención integral y sostenida no fueron priorizadas, lo que ha dejado a muchos ciudadanos sin acceso oportuno a servicios adecuados, recursos humanos suficientes y una coordinación eficaz entre Estado y comunidad.

Es fundamental comprender que no corresponde exigir a la gestión actual, encabezada por el gobernador Claudio Vidal, que asuma como responsabilidad exclusiva aquello que las gestiones anteriores —incluida la de la ex gobernadora Alicia Kirchner— no priorizaron. Cada administración tiene su propio marco de tiempo, prioridades y limitaciones presupuestarias; sin embargo, la salud mental es un tema de interés público que persiste y exige continuidad, planificación y rendición de cuentas.

La afirmación de que la salud mental es un asunto pendiente en el gobierno no debe convertirse en una evaluación de culpas partidarias, sino en una convocatoria a la acción conjunta: fortalecer la atención primaria en salud, ampliar la cobertura de servicios psicológicos y psiquiátricos, garantizar la disponibilidad de tratamientos asequibles y mejorar la coordinación entre servicios de salud, educación y seguridad social. Solo con un compromiso sostenido se podrá avanzar hacia una red de atención que acompañe a las personas en todas las etapas de la vida.

En este marco, es claro que la responsabilidad no debe recaer en un solo periodo o gestión, sino en una estrategia de Estado que trascienda administraciones y diseñe políticas públicas con metas, indicadores y recursos suficientes. Con ello, Santa Cruz podrá avanzar hacia una verdadera continuidad en la protección de la salud mental de su población, reduciendo estigmas, promoviendo la prevención y asegurando que nadie quede desatendido.

Invito a lectores, profesionales de la salud, comunidades y autoridades a plantear propuestas concretas: presupuestos destinados a salud mental, marcos normativos que garanticen derechos y acceso, y mecanismos de supervisión para evaluar resultados y ajustar políticas en función de las necesidades reales de la población.

La salud mental no es una moda política; es una responsabilidad de Estado y un derecho humano básico. Que este tema se mantenga en la agenda pública, con acciones claras y transparentes, permitirá construir una Santa Cruz más justa y resiliente para todos.Que no dudo que el Gobernador Claudio Vidal, incluira en su agenda si asi lo considere como prioridad en su agenda de Gestión.

Atentamente,

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